El conflicto que hoy se vive en Ucrania tiene a todo el mundo en alerta. Rusia comenzó una operación militar en el país, y el mundo
se ha hecho eco de las imágenes de miedo y pánico que se viven en las calles de Kiev y otras ciudades de Ucrania.
Dichas imágenes pueden estar al alcance de nuestros hijos a través de la televisión y las redes sociales.
Escuchar palabras como guerra, bombardeo, pánico en las calles, afecta de manera diferente a niñas y niños, ya que la manera
en que ven el mundo que les rodea no es la misma que la de las personas adultas. Los medios de comunicación tenemos que
cubrir esta situación, informar de las violaciones de derechos humanos que se están produciendo y de las consecuencias que
sufren las personas. Pero cuál es la tarea de los padres de familia? ¿qué pasa con los niños y niñas que se ven expuestos a esas noticias?
Un niño estadounidense promedio verá 200.000 actos violentos por televisión cuando tenga unos 18 años de edad. Muchos actos violentos
proceden de «personajes buenos», a quienes se enseña a admirar a los niños. De hecho, en los videojuegos, el héroe suele ganar al vencer
o matar a los «malos». Esto puede provocar confusiones cuando los niños tratan de entender la diferencia entre el bien y el mal.
Por eso es tan importante que los padres controlen el tiempo que sus hijos pasan delante de las pantallas, que se aseguren de que lo
que miran a sus hijos es adecuado para la edad y que establezcan límites para asegurarse de que no están pasando demasiado tiempo frente a ellas.
