Infectado y contagioso, el Presidente Donald Trump se aventuró brevemente en una caravana el domingo para saludar a los partidarios que lo aclamaron.
A un mes del día de las elecciones, Trump estaba ansioso por proyectar fuerza a pesar de su enfermedad, el Presidente, todavía contagioso, sorprendió a los partidarios que se habían reunido frente al centro médico militar nacional Walter Reed. Conduciendo una camioneta negra con las ventanas cerradas los agentes del servicio secreto dentro del vehículo se podían ver con máscaras y otros equipos de protección, una medida que hizo caso omiso de las precauciones destinadas a contener el virus mortal que obligó a su hospitalización y mató a más de doscientos mil estadounidenses.
Las acciones del Presidente recibieron fuertes críticas por estos actos. Hoy el mandatario anunció que sería dado de alta en horas de la tarde. Seguiremos pendientes.