El Departamento de Seguridad Nacional anunció que pausará algunas deportaciones durante 100 días, «para garantizar que tengamos un sistema de control de inmigración justo y eficaz centrado en proteger la seguridad nacional, la seguridad fronteriza y la seguridad pública», según un comunicado de prensa emitido esta noche.
El comunicado señala que se aplicará a partir del viernes a «ciertos no ciudadanos», ya que excluye a las personas que llegaron a Estados Unidos después del 1 de noviembre, son sospechosas de terrorismo o espionaje o representan un peligro para la seguridad nacional.
El DHS también excluye de la medida a personas detenidas en la frontera o en los puertos de entrada que intentaron entrar ilegalmente en EEUU a partir de la misma fecha, o que no estaban físicamente presentes en EEUU antes del 1 de noviembre de 2020.
Tampoco son objeto de la medida las personas encarceladas en prisiones y cárceles federales, estatales y locales que hayan sido puestas en libertad en el momento de la emisión del memorando o con posterioridad a éste y que hayan sido condenadas por un «delito grave» y que representan una amenaza para la seguridad pública.