Lo que comenzó como un buen gesto por parte de uno de los integrantes del Ministerio Renacidos, ahora sirve de impacto para las vidas de decenas de desamparados del Noroeste de Arkansas.
Lázaro Prado, un joven de origen Nicaragüense, comenzó a salir a las calles de Fayetteville cada sábado para visitar a las personas en situación de calle, ofreciéndoles comida, agua, y una oración por sus necesidades; proveyendo ayuda al más necesitado, sin esperar nada a cambio.
Lo que nunca se imaginó es que su buena intención llegaría tan lejos, ni que contaría con el apoyo de sus amigos para realizar su misión: alcanzar almas para Cristo.
Una vez puesto en marcha el deseo y apoyo Lázaro y el resto de voluntarios, desde tempranas horas, cada sábado se reúnen para preparar alimentos, luego parten para iniciar su recorrido en busca de indigentes, muchos de estos ya son conocidos por todo el grupo de apoyo.
Muchas de las historias de los indigentes han servido de apoyo y de motivación para los miembros del Ministerio Renacidos; anécdotas que les recuerdan valorar lo bueno de la vida.
Para este grupo de jóvenes, muchos de los desamparados son más que amigos; los consideran familia, es por ello que no cesan de proveerles ayuda y una palabra de aliento que los sustente.
Sin duda alguna, son corazones nobles que están claros del cambio que toda sociedad necesita.
Redactado por Andrea Guzmán
