Una de las razones por las que los empleadores estadounidenses tienen problemas para cubrir puestos de trabajo quedó claramente ilustrada en un informe del departamento de trabajo donde demostró que los estadounidenses renunciaron a sus trabajos a un ritmo récord en el mes de agosto.
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El Departamento de Trabajo dio a conocer que las renuncias aumentaron a 4,3 millones en agosto, el más alto en registros que se remontan a diciembre de 2000, y subieron de 4 millones en julio. La contratación también se desaceleró en agosto, mostró el informe, y la cantidad de puestos de trabajo disponibles cayó a 10,4 millones, desde un récord de 11,1 millones el mes anterior.
Los datos sugieren fuertemente que la variante delta causó estragos en el mercado laboral en agosto. A medida que aumentaron los casos de COVID-19, las renuncias aumentaron en restaurantes y hoteles y aumentaron en otros trabajos de cara al público, como el comercio minorista y la educación.
Los abandonos también aumentaron más en el sur y el medio oeste, dijo el gobierno, las dos regiones con los peores brotes de COVID en agosto.
Cuando los trabajadores renuncian, generalmente se considera una buena señal para el mercado laboral, porque las personas generalmente dejan sus trabajos cuando ya tienen otros puestos o confían en que pueden encontrar uno. El gran aumento en agosto incluye algunas noticias positivas: probablemente refleja el hecho de que con los empleadores desesperados por tener trabajadores y aumentando los salarios, muchos trabajadores sienten que pueden obtener mejores salarios en otros lugares.
Es posible que muchas personas hayan renunciado incluso sin otros trabajos que tomar.
El informe del martes, conocido como Encuesta de oportunidades laborales y rotación laboral, proporciona una imagen más detallada del mercado laboral
