Una tragedia sacude a una comunidad en Oklahoma.
Un niño de 10 años se despertó y encontró a sus padres y tres hermanos muertos en su casa en el suroeste de Oklahoma City, todos fatalmente baleados por su padre, dijo la policía el martes.
El lunes por la mañana, «(el niño) se despertó y descubrió lo que había sucedido», dijo el sargento Gary Knight, describiendo la escena como «Carnicería».
La policía cree que Jonathan Candy, de 42 años, mató a su esposa, Lindsay Candy, de 39 años, y a sus hijos Dylan Candy, de 18 años, Ethan Candy, de 14 años, y Lucas Candy, de 12 años, dijo Knight.
Dijo que Jonathan Candy luego giró la pistola sobre sí mismo.
Knight dijo que los investigadores creen que el tiroteo comenzó después de una discusión entre los padres el domingo por la noche o la madrugada del lunes.
Las autoridades temen que nunca sabrán el verdadero motivo de este horrifico hecho o lo qué motivó a este padre a hacer este brutal hecho dejando con vida e intacto al hijo más pequeño de la familia.
