Segundo día de audiencia de la Jueza Amy Coney Barrett, nominada a la corte suprema.
La jueza Amy Coney Barrett, nominada a la Corte Suprema, dijo este martes que aunque admira al difunto Juez ultraconservador Antonin Scalia, ella aportará su propio enfoque al máximo tribunal de Estados Unidos.
Barrett respondía a las preguntas de los senadores durante una audiencia de confirmación. Su nombramiento consolidaría una mayoría conservadora en la corte para los próximos años.
Salvo algún giro drástico e inesperado, los republicanos parecen contar con los votos para confirmar a Barrett, a quien presentan como una jueza reflexiva con credenciales impecables. Sería la tercera jueza nombrada a la corte durante la presidencia de Donald Trump.
Acompañada por su familia, Barrett asistía este martes por segundo día a las audiencias en el Capitolio.
El tono probablemente tomará un giro más antagónico a medida que Barrett, una jueza de apelaciones con escasa experiencia en juicios, respondió a los interrogatorios de los senadores demócratas. Aunque estos se oponen a la postulada por Trump, prácticamente no tienen los medios para detenerla. Los republicanos quieren confirmar su nombramiento antes de la jornada electoral del 3 de noviembre.
Barrett fue nominada por Trump a la Corte de Apelaciones del 7mo Circuito federal y confirmada por el Senado en octubre de 2017 por 55 votos a favor y 43 en contra. El 7mo Circuito, con sede en Chicago, cubre los estados de Illinois, Indiana y Wisconsin.
En sus casi tres años en el puesto firmó unas 100 opiniones, incluidas varias opiniones discordantes en las que mostró su claro y consistente cariz conservador.
Barrett sirvió como asistente legal del juez de la Corte Suprema Antonin Scalia. Trabajó brevemente como abogada privada en Washington D.C. antes de volver a la Facultad de Derecho de la Universidad de Notre Dame, donde estudió, para convertirse en profesora en 2002.